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Turno de Sony de rendir cuentas en relación al cierre del segundo cuarto del presente año fiscal. Tras Nintendo, la empresa que lidera con su consola de sobremesa la octava generación, ha mostrado al público los últimos movimientos finaciero desde julio hasta septiembre. Unos resultados que dan una de cal y otra de arena al gigante nipón. Y es que las noticias son tanto buenas como malas noticias para la compañía Sony según la división. El sector de Sony dedicado al hardware y software de entretenimiento es el protagonista indiscutible gracias a su crecemiento.
Empezamos por los números de PlayStation 4 en los últimos mes, durante los cuales se han vendido en todo el mundo un total de 3.3 millones de consolas. Recordad, entre julio y septiembre. La plaatforma de nueva generación de Sony está haciendo muy bien los deberes y encabeza la competición con mucha ventaja. Números detallados también para PlayStation 3, cuyas ventas se elevan por encima de las 800.000 unidades. Para estar cerca del retiro, números muy notables. Los ingresos en la división de juegos ha sufrido un crecimiento de 84% de un año a otro.
Esto se traduce en un ingreso bruto de 2.770 millones de dólares, lo que supone una mejora del 83% en relación a las pérdidas operativas del pasado año, que ascendieron a casi 38 millones de dólares. Lo cual deja a Sony con un beneficio operativo en este segundo cuarto de 195 millones de dólares. Vamos con las portátiles, donde Sony tiene muy poco que hacer, pero que sigue manteniendo. En este apartado, combinando las ventas de PSP, PS Vita y PlayStation TV, la marca asciende a 700.000 unidades. En comparación con el pasado año, las ventas se han reducido en 100.000 dispositivos.
Cerramos el balance con la mala noticia, y es que Sony en su conjunto ha tenido una pérdida operativa de 1.220 millones de dólares. El resto de divisiones de la compañía (televisiones, móviles, cámaras,etc...) no han corrido la misma suerte que la divisón de hardware y software de entretenimiento. Es más, la cifra no acaba aquí pues la propia compañía espera unas pérdidas netas superiores a los 2.000 millones de dólares a finales del presente año fiscal. Una cifra que, por otra parte, podría ser menor ya que se tratan de estimaciones. O mayor, si nos ponemos en lo peor.


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